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Paseo sonoro a la biblioteca pública Virgilio Barco

Paseo sonoro a la biblioteca pública Virgilio Barco

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Autor: Docente, Jorge Mario Díaz Matajira, Coordinador Maestría en Arte Sonoro
Programa: Música
Materia: Electiva Introducción al Arte Sonoro
Experiencia de Aula: Curso introductorio Arte Sonoro
Fecha de la experiencia: 21 de marzo de 2017

“La sociedad cree solamente en lo que ve, pero ¿por qué no creer en lo que se escucha?”, afirma y pregunta el maestro Jorge Gómez, mientras procura entrenar en sensibilización sonora a los estudiantes de la clase Introducción al arte sonoro[1], electiva interdisciplinar que nace este semestre en la Facultad de Artes de la Universidad Antonio Nariño.

El pasado martes 21 de marzo de 2017 se realizó un paseo sonoro al paisaje que circunda la Biblioteca Virgilio Barco, como ejercicio inicial en sensibilización auditiva, con los estudiantes de la electiva. El paseo sonoro, originalmente soundwalk, significa realizar una caminata por cualquier ambiente, con el fin de escuchar activamente sus sonidos (Westerkamp, 1974). Nuestro guía, el maestro Jorge Gómez Aponte[2] dirigió el ejercicio bajo su enfoque interdisciplinar, teórico-práctico y reflexivo.

El lugar

La Biblioteca Pública Virgilio Barco se encuentra ubicada en Bogotá, en la Av. Cra. 60 No. 57 – 60, cerca del parque Simón Bolivar.

Fue diseñada por Rogelio Salmona, uno de los arquitectos más importantes de Colombia. […] Su diseño fue pensado desde una estructura circular rodeada por espejos de agua, la cual crea un ambiente sereno, plácido y acogedor a su alrededor. […] La arquitectura de esta biblioteca se integra con el paisaje y el entorno, generando un ambiente de paz, contemplación y esparcimiento. Por esa razón, es un hito arquitectónico de Colombia. (BiblioRed, en línea).

[1] Esta es una electiva de facultad y está compuesta por cuatro estudiantes de arquitectura: Santiago Andrés Avella, Camilo Alejandro Barón, David Martínez, Carlos Alfredo Sanabria y cinco estudiantes de música: Diana Constanza Acuña, Danny Leonardo Hurtado, Gina Paola Mesa, Willinton Quintero y Efraín Durán.

[2]Artista Sonoro, Radioasta, Músico, Investigador, Productor Radiofónico, Docente de la Universidad Nacional Experimental de las Artes (UNEARTE). Caracas – Venezuela. Actualmente conduce el Programa de radio especializado en el Radioarte, el Arte Sonoro y las nuevas músicas OIR ES VER 106.9 de la emisora HJUT y es creador de Ars Sonorus plataforma virtual concebida como unespacio educativo, investigativo y divulgativo que surge con el objeto de formar e instruir estudiantes y profesionales en diversas áreas de la comunicación y el arte, http://arssonorus.com.co.


Experimentación sonora

La bienvenida sonora nos la brindó una de las aves del lugar, con su canto fuerte y agudo mientras volaba sobre nosotros. Bajo esta introducción, el proceso de experimentación sonora se llevó a cabo a través de tres etapas.

En la primera etapa, el objetivo pedagógico fue aprender a diferenciar entre oír y escuchar con el propósito de agudizar la percepción auditiva. El concepto central: la escucha activa. Para aprender a escuchar, se requiere tomar consciencia del lugar en el espacio acústico, para esto, es necesario cerrar los ojos, parar el pensamiento y centrar la atención en el sonido.

Mientras usamos la visión detectamos un área de 180 grados, mientras que con la escucha abarcamos 360 grados, se puede afirmar que es un sentido de la profundidad porque estamos en el centro de mensajes sonoros sin tregua, los cuales no podemos evitar como lo hacen nuestros ojos cerrando los párpados; todo este universo sonoro al que no podemos ignorar volviéndole la espalda, se convierte en maravilla cuando nos adentramos en él con nuestra atención (Gómez, 2014, capítulo 1, s.p.).

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Fue muy interesante observar cómo se dificulta identificar los sonidos que usamos cotidianamente. Por ejemplo, el sonido de nuestras propias llaves, fácilmente se confunde al mezclarlo con otros grupos de llaves, a pesar de que las estamos sonando a diario. Asimismo, identificar la intención sonora de nuestras propias palabras o la ubicación espacial de un objeto en particular a partir de su sonido. Adicionalmente, surgió la reflexión sobre la relación entre el sentido auditivo y el tacto; este último, nos permite percibir las cualidades de los objetos en términos de su temperatura, forma o textura entre otros, sin embargo, constantemente estamos produciendo sonidos con nuestras manos, pero no atendemos a su respuesta sonora.

La segunda etapa, se orientó en reconocer y apreciar el paisaje sonoro. Este concepto fue desarrollado por Murray Schafer, quien lo definió como “el entorno sonoro concreto de un lugar determinado, definido y utilizado y lo hizo para señalar la suma de todos los sonidos que son producidos por fuentes naturales, biológicas o humanas en un área determinada” (Gómez, El Campo Expandido De La Obra De R. Murray Schafer, s.f., parr. 3)

Como todos los campos de conocimiento, cuando tienen un impacto importante en la sociedad, desarrollan tendencias y metodologías. El paisaje sonoro se ha desarrollado como una forma de trabajo que con el tiempo se ha visto enriquecida por diferentes disciplinas, perspectivas o enfoques. De una parte, se observa la tradición de los compositores musicales, quienes siempre han demostrado su inquietud por el sonido y su evolución estética. Así, se puede hablar del paisaje sonoro como género artístico cuando los sonidos del ambiente son tratados y transformados como una composición musical. Acá es indiscutible los aportes de Pierre Shaeffer, con la creación de la música concreta y el concepto de objeto sonoro. De otra parte, la cantidad de autores schaferianos, si se puede decir, que abren la discusión del paisaje sonoro al mundo de la psicología, sociología o ecología acústica, entre otras. Esto propone la complejidad del tema, se puede abordar el sonido desde la percepción, la relación con lo cultural, la relación con los animales, con las demás personas, como sociedad o con nuestro propio sentido ético o político.

Es ahí, donde que radica la importancia de conocer el paisaje sonoro, su historia, desarrollo, etc. Y, es la posibilidad que brinda este campo para desarrollar trabajos inter y transdisciplinares, sea cual sea la tendencia que se adopte, estaremos involucrados en un mundo que nos obliga a interactuar con otros y ser más conscientes de la escucha, porque el sonido está presente en todas las cosas que nos rodean y nosotros estamos en medio de un entorno sonoro el cual nos afecta y afectamos desde nuestros valores, creencias y prejuicios. Así, finalmente, poder pensar en un entorno más saludable, agradable y disfrutable, porque se ha reflexionado conjuntamente.

A partir de estas reflexiones, se trabajó con los estudiantes en contemplar y capturar (grabar) los sonidos el entorno sonoro de la biblioteca y sus alrededores. Dicho paisaje se caracterizó por una mezcla equilibrada de antropofonías, geofonías y biofonías[1]. Es inevitable el lejano colchón sonoro de los carros que pasan constantemente por las avenidas, sonidos propios de la modernidad industrial y el desarrollo de la máquina. Sin embargo, los verdes naturales que bordean la biblioteca permiten que los agudos cantos del sirirí, copetón o cucarachero, entre otros, sobresalgan en el entorno. Finalmente, el día sonoro se complementó con los sonidos de la lluvia y el viento frío característicos de esta época en Bogotá.

Con base en las consideraciones previas sobre las tendencias del paisaje sonoro como género artístico, se propuso que los estudiantes deberían elaborar una composición sonora usando los sonidos capturados y trabajando de forma interdisciplinar, aprovechando la interacción entre músicos y arquitectos.

Finalmente, la tercera etapa transcurrió por una de sus estructuras externas con forma semicircular. Este lugar proporciona un efecto sonoro extraordinario, gracias a la propagación del sonido que se percibe en un profundo campo reverberante produciendo eco.

El objetivo pedagógico se centró en la exploración libre con el fin de interactuar sonoramente con la estructura. De esta manera, los estudiantes participaron de su primera acción sonora a través del juego con los sonidos de la voz y el cuerpo, con relación al espacio arquitectónico.

Durante el proceso completo de sensibilización sonora previamente descrito, se buscó reflexionar sobre el sentido de la escucha con referencia al sentido visual, para generar lo que los ecologistas acústicos han denominado como consciencia sonora.

[1] La antropofonía hace referencia a los sonidos producidos por los hombres, las biofonías a los sonidos de los animales y las geofonías a los sonidos propios de la naturaleza como los rayos, el viento o la lluvia. Ver Soundscape Ecology: The Science of Sound in the Landscape Author(s): Bryan C. Pijanowski, Luis J. Villanueva-Rivera, Sarah L. Dumyahn, Almo Farina, Bernie L. Krause, Brian M. Napoletano, Stuart H. Gage and Nadia Pieretti.


Consciencia sonora, “El sonido ha sido el benjamín de la familia” (J. GÓMEZ)

Históricamente, el sonido ha sido relegado a un segundo lugar por el sentido de la vista. Con el desarrollo de la humanidad el espacio visual se fue transformando en el eje conductor de nuestras vidas. Hoy vivimos en un mundo netamente científico y nuestro modo de conocimiento se establece primordialmente desde lo visual. Por esta razón, cabe cuestionarnos ¿cómo sería nuestro mundo si también lo pensamos desde el sonido, desde la escucha consiente? ¿cómo sería el espacio acústico? ¿qué tal si los carros se hubiesen pensado desde el sonido, las casas, los parques, etc.? Pues bien, necesitamos recuperar la correcta forma de escuchar y adquirir una conciencia sonora para dar equilibrio a nuestro entorno.

Definitivamente hemos construido nuestro mundo a partir del sentido de la vista, las formas determinan el espacio visual donde nos movemos, habitamos, deseamos, consumimos e imaginamos. Paralelamente, estamos rodeados de un espacio acústico que oímos biológicamente pero que no acostumbramos a escuchar, porque precisamos de una consciencia sonora desarrollada o entrenada, tal y como el ser humano primitivo desarrolló para su supervivencia y que actualmente se recupera desde el estudio del paisaje sonoro y la ecología acústica.

En este punto, es muy importante la reflexión que propone Gómez para recuperar la conciencia sonora que se ha perdido en nuestra modernidad.Vale la pena considerar que necesitamos adquirir nuevamente, dicha conciencia sonora; y, digo nuevamente porque es parte de nuestro origen. Tal y como lo expone Gómez (2014), en la antigüedad los pueblos primitivos sabían escuchar porque el sonido era el medio por excelencia para sobrevivir, el sonido era la guía para entender el espacio acústico, la forma de comunicación estaba dada por la oralidad y por mucho tiempo el mito fue la base del conocimiento antiguo, tal y como lo menciona Marshal Mcluhan citado por Gómez (2014) “Para estos pueblos pre-alfabéticos el valor del sonido era y sigue siendo dominante de la orientación sesnsorial y social, hasta que se inventó la escritura el ser humano vivió en un espacio acústico” (Capítulo 1, s.p.).


Conclusión

El paseo sonoro fue la excusa pedagógica para que los estudiantes de la electiva se acercaran a los conceptos básicos del paisaje sonoro como una de las tipologías o subgéneros artísticos del arte sonoro.

A través de los ejercicios vivenciados quisimos propiciar la reflexión sobre el desarrollo urgente y vital de la consciencia sonora, que nos permite reconocer, apreciar, valorar y cuidar nuestros diferentes entornos sonoros. El sonido es parte fundamental de nuestra existencia espacio-temporal, tal y como lo menciona Alonso (s.f.) “funciona como una suerte de brújula que orienta y ubica al oyente en función de sus capacidades perceptivas” (parr. 3).

Así pues, mediante el estudio del paisaje sonoro, invitar a los estudiantes a disfrutar del sonido, reconocer su valor y a experimentar con el arte sonoro como campo de creación libre e interdisciplinar.

Como anexo, se agrega una pequeña obra sonora que sintetiza el paisaje sonoro de los alrededores de la Biblioteca Pública Virgilio Barco, elaborada con los sonidos capturados durante el ejercicio de sensibilización sonora.

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Referencias bibliográficas

Alonso M. (s.f.). El entorno sonoro. Un ensayo sobre el estudio del sonido medioambiental.

BiblioRed recuperado dehttp://www.biblored.gov.co/biblioteca-virgilio.

Gómez A. J. (s.f.). El campo expandido de la obra de r. Murray schafer.

(2014). La liberación del sonido. Las artes sonoras y su campo expandido. Kindle.

Schafer R. M. (2013). El paisaje sonoro y la afinación del mundo. Barcelona: Intermedio.

Westerkamp H. (1974) "Soundwalking", Sound Heritage 3(4), 18.

Last modified on: July 30, 2018